lunes, 9 de noviembre de 2009

A VOSOTROS, JÓVENES

¿Qué puede decir una joven monja contemplativa a los jóvenes de nuestro tiempo?.

En primer lugar, no pretendo dar ningún sermón, pero sí quiero poneros delante unas metas y unos valores, que os pueden llenar de felicidad y de ilusión hacia una aventura única y verdadera.
Es estúpido jugar a esconderse de la mirada de Dios. Él quiere a sus jóvenes hechos luz, luz que alumbre a todos, luz de buenas obras, gente comprometida en la gran tarea de hacer un mundo mejor. Pero esa luz tiene que brotar del Evangelio para que tenga fuerza para alumbrar al mundo entero.

Hay valores importantes para la vida de una persona que no podemos olvidar y de los cuales no podemos desentendernos. Por ejemplo la verdad, es un valor que se va perdiendo, hoy nadie se fía de nadie. En cambio la libertad se reclama y se exige, pero no la verdadera libertad, sino una caricatura de ella llamada libertinaje. Jesús lo dice en el Evangelio: «La verdad os hará libres», ella es la única que puede dar la verdadera libertad. La verdad es el grito más profundo de libertad que puede vivir una persona.

Personalmente os comparto que en nuestra vocación contemplativa he descubierto grandes valores: que es más importante lo que una persona es que lo que hace, dar que recibir, compartir, la belleza de lo pequeño, el valor de lo gratuito, que lo que cuenta es lo que uno lleva dentro y no la imagen que podamos dar.

Si viviéramos la verdad, nuestra vida sería luminosa porque tendríamos verdad en las palabras, en las sonrisas, en el trabajo, en las relaciones interpersonales, en la alegría y en el amor.
La mayoría de los jóvenes de hoy, dicen a menudo esta expresión: «paso», y en sus vidas la van repitiendo con frecuencia. Creo que esto no es una apatía, es sencillamente que no siempre se les han transmitido valores hechos vida, algo por lo que valga la pena vivir y luchar por ello.

Hay en la vida una motivación por la que merece la pena arriesgarse: CRISTO, su vida y su mensaje. Él es el CAMINO a seguir, la VERDAD que libera y la VIDA que llena de felicidad.


¿Te atreves a embarcarte en esta gran aventura?



Mª Ángeles Trabalón, contemplativa redentorista